Hace algunos meses vi la primera temporada de Jessica Jones, la serie de Netflix. Frente al televisor recordé el barrio de Hell´s Kitchen donde se encuentra el bar de Luke Cage. Un garito vulgar, en un lugar normal que inopinadamente se transformó en especial, más porque le llegó su momento que por méritos propios. Manhattan es un isla por lo que la voracidad especuladora tiene pocas opciones para seguir su avance.

El barrio es el mismo donde iba a revelar los rollos de película de blanco y negro, con los que me jugaba los cuartos aprendiendo lo que hoy ya es historia viejuna del cine: grabar sin sonido sincronizado; cargar rollos de película en una Arri-Flex 16mm; o editar en una Steenbeck, cuchilla en mano enfundada en guantes de algodón, cinta adhesiva para empalmes en la otra y las temibles rayas en la película siempre amenazando.

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Entonces yo vivía en la 8ª con la 41. Residencia de estudiantes, o lo que fuera. La calle 8ª es la frontera que separa Hell´s Kitchen de la zona de Times Square (mas o menos). En el 2000 eso ya no significaba mucho. Rudolph Giuliani ya había pasado por la alcaldía de Nueva York y había limpiado y hecho transitable para pipiolos como yo toda esa parte de la ciudad. Pero en los ’70 y ’80 aquello realmente era la puerta de acceso al infierno que patrullara Travis Bickle en Taxi Driver: Hell’s Kitchen. El infierno a ras de suelo en la ciudad que rasca el cielo. No me negarás que no es un nombre potente.

Me llamo Juan Carlos Parra, diseñador y director creativo de Animalia Maquinaria, estudio de diseño dedicado a la construcción de marcas.

El mío por el contrario es muy normalito. Me llamo Juan Carlos Parra, diseñador y director creativo de Animalia Maquinaria, estudio de diseño especializado en construcción de marcas. He trabajado en estudios dependientes de multinacionales como BDDP; y en estudios independientes como CAB Asoc., de gran creatividad y locura. Todos eran de pequeño o mediano tamaño, pero siempre de grandes ideas y exigencia.

Desde el 2000 trabajo en mi propio estudio Desde aquí, desde la cocina que al fin y al cabo es un estudio voy a compartir lo mucho o poco, en cualquier caso lo que se, de construcción de marcas. Que ingredientes se usan y como combinarlos mejor. Que recetas hay para desarrollar con éxito tu marca, la de tu producto, la de tu empresa, o la tuya personal.

El primer paso es importante, no por a donde te lleva (que no es muy lejos) sino porque hace realidad el movimiento.

En el buen diseño nada es gratuito, todo tiene una función, tiene una razón de ser, cuenta algo. El primer paso es importante, no por a donde te lleva (que no es muy lejos) sino porque hace realidad el movimiento. Ese primer paso muchas veces en la creación de una marca, es la elección del nombre. Es lo que llamamos el Naming. Quizás una de las situaciones más paralizantes del proceso. Mi consejo: No te obsesiones. Sólo es el primer paso, recuerda. Hay muchas reglas para encontrarlo. Todas buenas y todas inútiles. Ya las veremos más adelante en otro post.

Hoy sólo quiero darte una regla. El nombre no es lo importante, lo será la historia que crees entorno a él lo que lo hará ser importante o irrelevante. Será su historia la que se abra hueco en el corazón de tu audiencia. Yo he intentado abrirme hueco en el tuyo contándote una pequeña historia de mi vida que te introduzcan 2 nombres: el mío, Juan Carlos, y el de este blog, Hell´s Kitchen. En el primero yo no decidí mucho, en el segundo si. Te contaré porque lo elegí.

Nos vemos en el próximo post. Hoy me he alargado un poco presentándome somenramente. Te invito a que te presentes si te apetece y a que te suscribas a los contenidos que poco a poco iré añadiendo.
Vamos hablando.

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