En Winter’s Bone había una clave fundamental que nos abrió las puertas a hacer un cartel nuevo para el mercado español. La clave se llamaba Jennifer Lawrence.
En aquel momento, Jennifer Lawrence, era una total desconocida. A sus 19 años, con esta película, se encontraba nominada a los Oscars de Hollywood. La posibilidad -que al final no se produjo- de que pudiese ganar la estatuilla a mejor actriz hizo que la distribuidora de la cinta en España, Golem, quisiera ponerla como eje central de la promoción. Y con ese objetivo trabajé.
Estoy muy contento con el resultado. Por lo bien que funcionó, y por las influencias que tuvo en el resto de países, ya que muchas cinematografías siguieron nuestra estela de composición, incluso tipográfica en la resolución del título.