Pista nº2

Punxsutawney, además de ser un palabro impronunciable, designa una población diminuta de poco más de 6.000 habitantes en el estado de Pensilvania; que para que te hagas una idea yo asimilaría tirando de imaginario cultural derivado de la ingesta cinematográfica al Hill Valley de Regreso al Futuro, solo que en la Costa Este y al Norte del país, a un paso de Canada y azotado por la brisa congelada de los grandes lagos. Lo que se traduce en una diferencia térmica radical.

Nada significativo ocurre en Punxsutawney. Tanto es así que lo más divertido ocurrió tal día como hoy un 2 de febrero de 1887, en el que tras una típica ceremonia de exaltación de la amistad o de combate contra los rigores del frio –no puede llegarse a conjeturas de esa envergadura de otro modo–, un grupo de individuos decidió combinar en una misma ecuación los factores: marmota e invierno. Y a partir de ahí y según el resultado binario de la misma: ver sombra, no ver sombra estimar de esta manera la duración de la temporada más fría del año.

¿Qué necesitamos para convertir nuestro producto en una experiencia?

  1. Compartible. No lo confundas con el sentimiento de exhibicionismo, sino con el de pertenencia a un grupo.
  2. Ritual. Tener unas normas, no en el sentido de obligaciones sino de una forma especial de hacer, que conocen aquellos que participan en la experiencia y que les hacen ser parte de ese selecto grupo.
  3. Recurrente. Tener una periodicidad.
  4. Catártico. Proporcionar un cambio, o al menos la expectativa de ese cambio. Cuanto más catártico más intensa y potente será la experiencia lo que irá directamente relacionado con nuestro producto.

Nuestra vida esta llena de experiencias. Muchas de ellas aparentemente anodinas, pero que de repente un día cobran sentido. Un objetivo como apuntábamos en la primera de las pistas. Y es entonces cuando si sabes capitalizar ese patrimonio en un producto, en tu producto, estas en el camino de crear una marca memorable.

Nuestra marca incógnita tiene su corpus en estos elementos, ya que no es un producto material que en sí mismo pueda ser empaquetado y vendido. Cualquier cosa, y entiende «cualquier cosa» como un concepto que engloba lo material e inmaterial, lo concreto y lo abstracto, y susceptible de ostentar una marca.

Phil, la marmota meteoróloga de Punxsutawney, hoy ha dictaminado que el invierno de 2019 no durará mucho y que por lo tanto la primavera llegará pronto. Esto dicho en la semana en la que la borrasca Helena azota el Atlántico dejando en norteamérica temperaturas de -40º C, mas bajas que en la mismísima Antártida, me hace cuando no precipitarme en hacer el cambio de armario. Pero eso da igual, ya que lo que realmente me importa de todo esta ceremonia roedora es que independientemente de cuando llegue la primavera no nos quedemos atrapados en el tiempo de nuestros propios miedos, debilidades, dudas y defectos y aprovechemos cada día para superarnos ¿Filosofía Mr. Wonderfull? Quizás, pero gracias a la acidez de Bill Murray nunca empalaga y se agradece volver a ello cada año y de esta manera la ceremonia del Día de la marmota cobra un sentido que trasciende al hecho en si y gana en interés en todo el mundo.

Nos vemos.