Pista nº5

Cada persona es muchas cosas, pero siempre hay una algo que la define especialmente por encima de todas las demás: Juan es un tío muy simpático; el alma de la fiesta; Eva es muy inteligente, siempre encuentra la mejor solución para todo; Pedro tiene una mirada que te desarma, etc. Esta es la premisa que trae la 5ª pista sobre como crear una marca de éxito.

Ten, y mantén, un producto icono de la marca.

Hay productos que representan a la marca. Algunos incluso representan a toda la categoría. Tener un producto así es tener un tesoro.

A lo largo del tiempo de existencia de una empresa, esta puede llegar a tener multitud de productos. Algunos de ellos se convertirán en producto estrella y supondrán la principal fuente de ingresos de la compañía de esos momentos. Puede ocurrir que este producto surja en los comienzos de las misma, con su nacimiento, como podría ser el caso de Volkswagen con el escarabajo. O por el contrario que aparezca con el tiempo producto del ensayo error, la investigación o la pura casualidad, si es que crees en ella. El caso es que hay un momento en que determinados productos consiguen trascender a su propia utilidad práctica adquiriendo valores intangibles que los elevan uno o varios peldaños más allá. Esto nunca se sabe en el momento, es el tiempo el que acaba revelando este privilegio. Este valor icónico del producto llega a representar a la marca como lo haría su nombre o su logotipo y en algunos casos incluso puede llegar a representar a la categoría entera lo cual es el éxito cuasi absoluto.

¿Qué transforma un producto, en un producto emblemático?

Su diseño: No confundamos, –que suele ser muy habitual–, un producto bien diseñado con un producto bonito, moderno, elegante,… El diseño no tiene nada que ver con esto que son simplemente efectos colaterales del buen diseño. El buen diseño es aquel en el que la forma sigue a la función; la función responde a una necesidad; las necesidades bien resueltas producen objetos útiles; aquello que es útil para alguien genera clientes agradecidos, y un cliente agradecido se convierte en un cliente fiel.

Su contemporaneidad: Ser reflejo de su tiempo, o mejor aun impulsar a su tiempo a progresar al siguiente es un valor que convierte a los productos en parte de la historia y a partir de ahí pasar a formar parte del inconsciente colectivo. Son productos que hablan de épocas, de formas de entender la vida o de estar en el mundo.
Son productos que contienen la historia de un momento de nuestras vidas, por lo que pasan a formar parte de nuestros recuerdos. Tienen poder de transcendencia.

Su evolución: la capacidad de reinventarse una y otra vez sin perder sus esencia y seguir siendo fiel a las dos premisas anteriores: el buen diseño y el reflejar el espíritu de su tiempo. El producto emblemático, no es un producto de moda ya que no pasa de moda.

En definitiva el producto emblemático reúne una serie de factores que le otorgan un valor diferencial que hace despegar definitivamente a la marca y hacerla salir del anonimato.

Sin lugar a dudas, nuestra marca incógnita tiene uno de los más emblemáticos productos en su categoría. Un producto que pese a estar expuesto a constantes amenazas sigue manteniendo una fortaleza a veces casi inexplicable. Un producto estrella que pese a no ser el de mayor consumo de la marca y estar restringido y limitado su acceso, es la imagen más potente de la marca y gancho fundamental de la misma. Así como guardián del objetivo esencial de la marca, que veíamos en la primera pista de esta serie de posts, y además configurar la experiencia más radical y paradigmática de la marca. Cumpliendo de esta manera también la segunda de las pistas que ya hemos visto.
Vamos acercándonos al final de nuestro ciclo de 7 post dedicados a los factores que hacen que una marca se convierta en extraordinaria. Y cada vez estamos más cerca de descubrir, –quizás tu ya lo hayas hecho–, cual es nuestra marca de éxito incógnita. Compártelo en comentarios si es así. Mientras tanto, nos seguimos leyendo por estas líneas.