Pista nº1
¡Hola! disculpas por la ausencia.
Aunque en Hells Kitchen no haya habido movimiento, en el estudio los fogones no han parado en todo este tiempo: búsqueda de nuevas recetas, experimentación, trabajo, vida y la gestión del comedor me han hecho desatender un poco esta ventana que como propósito del nuevo año retomo hoy.
Un 1 de enero no es día para publicar un post. No, no lo es. Uno no está para escribir —por eso lo hago un día antes, que tampoco es día para cosas así—, y además nadie estará al otro lado para leerlo. No, no es día para leer un post. Y aun así, este post tiene que ser publicado hoy día 1 de enero de 2019.
Que sea el primer día del año tiene una razón especial que no merece ser desvelada ahora ya que prefiero que la descubras tu mismo, con el paso de los meses. Advierto ahora que no es importante, ni difícil, es anecdótico, posiblemente irrelevante para el contenido, pero interesante en lo que a la forma y maneras respecta, que es al fin y al cabo de lo que trata este blog: esos pequeños o grandes intangibles que van dando forma a las marcas y las dotan de carácter e incluso sentido a sus contenidos, o sea, a sus productos.
A lo largo de los próximos meses voy a intentar analizar en 7 puntos que hace grande, gigante, de éxito, a una marca. Al mismo tiempo hacerlo desde una perspectiva más amplia ya que las marcas lo han invadido todo como una necesidad de visibilización en un mundo tan visual, global y fragmentado como el actual. Y lo voy a hacer a través de un ejemplo concreto, que irás descubriendo con el paso de las publicaciones. No es una marca al uso. No es un producto al uso. Y sin embargo es una enormerrima marca —permíteme el palabro—. Aquí empieza la primera de las 7 piezas de este puzzle —una al mes— y que terminará a mediados de este año, ya en pleno verano. Esta es la pista nº 1: ten un objetivo, entendiendo este no como una meta sino como una razón de ser o sentido.
1º ¿Cual es el objetivo de tu marca?
Todo aquello que que merece la pena, tiene un sentido, incluso cuando se juega a no tenerlo, ese juego le otorga un objetivo. Una auténtica marca ofrece a sus usuarios un punto de vista, una manera de hacer. Quizás al principio este ligado a aquello que ofreces, pero si quieres ir más allá esta manera de ser, de ver las cosas, de hacerlas debería trascenderla. Se que puede sonar un poco abstracto esto que te estoy contando, pero esta serie de post, a diferencia de los otros que vaya publicando y que he hecho en otra ocasiones tienen un carácter más teórico-reflexivo, además de tener cierto caracter de jeroglífico a descifrar. El enigma encierra a la marca que voy a usar de ejemplo para analizar estos diferentes aspectos básicos de toda gran marca.
¿Qué ofrece la marca incógnita que anlizamos?
Nuestra marca incógnita ofrece lo más preciado que tiene toda persona: el acceso a su VIDA. Acceso a su vida de una manera que el día a día, la rutina no le deja ver. Acceso a sentirla. Acceso a disfrutarla. Acceso a liberarla. Acceso… a perderla; si, si, perderla. Porque las cosas que damos por sentadas, por inmutables, son las que más descuidamos al pensar que no necesitan de estos, y cuando lo hacemos, muchas veces ya es tarde. Por eso el objetivo de nuestra marca incógnita la hace tan atractiva para público de cualquier parte del mundo haciéndola global sin proponérselo en absoluto. Y aquí avanzo un poco lo que será la siguiente pieza del puzzle. Hay marcas que se crean y en este blog vemos como hacerlo; en Animalia Maquinaria nos dedicamos a eso, es lo que hacemos. Pero lo que quiero decirte es que no veas las marcas únicamente como un arma de la sociedad de consumo. Las marcas son una forma de expresar cosas y siempre han estado ahí. La personalidad de cada individuo es una forma de marca. La cultura de cada pueblo es una forma de marca. La forma de vida es una forma de marca.
Lo dejo aquí. No me hagas caso. Olvida lo que que te digo y busca tu solución. Pero eso si, disfruta de estos próximos 365 días que darán forma al 2019 y que sólo tu puedes hacer que merezcan la pena. ¡Feliz año!